Hoy quiero contarte su historia, la de una persona que ya está en la etapa de madurez profesional y que siempre hizo los deberes. Ella, cuando cumplió los 18, decidió que era la empresa en la que iba a invertir todo su capital: tiempo, talento e inspiración. ¡Decidió invertir en su YO S.A.!
Así que se preparó, estudió mucho, leyó bastante y quizá se examinó demasiado. Después de un tiempo, dió el salto al mundo profesional con la firme voluntad de aprender realmente qué era eso de trabajar. Su sueño era encontrar “su sitio” en aquella “empresa de renombre” donde pudiera crecer al lado de otros y siempre avanzar profesionalmente. Así que siguió trabajando mucho y creció con la experiencia de los éxitos y los fracasos. Llegaron entonces las responsabilidades y los encargos; y los asumió con la seriedad, el compromiso y la dedicación que requerían.
Todo fue bien durante un tiempo. Pero pasaron los años y ella, no sabría decirte por qué, poco a poco dejó de invertir en su YO S.A. para pasar a invertir todo su capital en LA EMPRESA DE RENOMBRE S.A. Y todo fue yendo más o menos bien, hasta que llegó el día en que se levantó y se dio cuenta que aquel entusiasmo de los principios había desaparecido casi por completo. Se dio cuenta que a su YO S.A. se le había desvanecido la propuesta de valor porque hacía ya mucho tiempo que no le dedicaba su tiempo, su talento y su inspiración.
¿Te pasó? Pues sabes qué, que esto no solo te pasó a ti. Esta podría ser mi propia historia. ¿Y sabes qué? Que no solo nos pasó a nosotros, sino a muchos profesionales que crecimos y creímos en aquel paradigma laboral donde era LA EMPRESA la que debía asumir la responsabilidad del desarrollo profesional de sus empleados y nosotros únicamente debíamos centrarnos en trabajar.
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La buena noticia: ¡Nunca es tarde para empezar de nuevo!
La buena noticia es que estás más que a tiempo de reflotar tu YO S.A. porque conseguirlo depende únicamente de que tú quieras hacerlo. Depende que un día te levantes y decidas firmemente que te auto-nombras el CEO de tu Desarrollo Profesional y te pongas en marcha. Y no te estoy haciendo propuestas deshonestas, como que dejes atrás o tires por la ventana ningún proyecto profesional, sino que lo que te estoy proponiendo es que realmente decidas asumir tu responsabilidad en todo esto y vuelvas a tomar las riendas de tu desarrollo profesional. De hecho, comprometerte contigo es también comprometerte con la empresa para la que hoy estás trabajando.
Ciertamente ya es un hecho que las personas y las organizaciones vivimos en un entorno cambiante, competitivo, retador y ya digital. Se impone entonces que personas y organizaciones vayamos de la mano para afrontar con éxito los nuevos retos que este entorno exponencialmente cambiante nos plantea día a día. ¡Pero tú eres quien debes dar el primer paso!
Así pues ahora te sigo escribiendo a ti. Sí, a esa persona que ya está en la etapa de madurez profesional, que siempre hizo los deberes y que ahora también está determinado a seguir haciéndolos desarrollando su YO S.A.
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Las 4 acciones para invertir en tu YO S.A.
Te sugiero entonces 4 acciones que debes realizar para empezar a invertir de nuevo en ti.
- Mira dentro de ti. Necesitas pararte a reflexionar y encontrar cuál es hoy tu propuesta de valor en base a todo el know-how que has adquirido a lo largo de tu trayectoria. Además debes reflexionar también sobre tus valores y tus intereses. Tu marca personal es quién eres tú ahora, es la huella que dejas en los demás más allá de lo que dice tu CV, y también quién puedes llegar a ser.
- Analiza bien tu entorno. No dejes de observar fuera y decide qué necesidad tú puedes resolver y a quién puedes ayudar. También debes detectar quiénes pueden ser tus socios en este camino y quiénes pueden tener una propuesta de valor similar a la tuya.
- Escribe cuál es tu sueño y cómo lo vas a conseguir. Define tu próximo reto, el punto de partida en el que estás y cómo vas a llegar hasta él. Ya sabes lo que dice Eduardo Galeano “La utopía está en el horizonte. Caminas dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? La utopía sirve para caminar“.
- Trabaja contra la obsolescencia de las habilidades y ponte las pilas con las competencias digitales. Dominar las nuevas herramientas y canales digitales te ayudará. Estos te permitirán llevar mucho más lejos tu mensaje y ganar influencia en tu entorno; te permitirán nutrirte de lo que se cuece en tu entorno profesional; y, finalmente, te permitirán entrar en contacto o retomar contacto con personas que pueden convertirse en buenos aliados para conseguir tu sueño.
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Y recuerda, desarrollar tu marca personal no es ponerte a la venta: es tu talento hecho y dicho con la pasión de quien dirige su propia vida. Y si todavía te faltan motivos, no te olvides de los que se incorporan ahora al mundo laboral y de los que están en la etapa de crecimiento profesional. Ellos necesitan referentes con experiencia en los que inspirarse y de los cuales aprender y al lado de los cuales crecer. Te toca ser semilla de cambio dentro del nuevo paradigma.
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¡Vuelve a invertir en ti, la utopía te espera!
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